El dólar minorista se vende este viernes en las pantallas del Banco sin cambios a $1.155. En el mercado informal, el dólar blue se negocia en $1.165. En el segmento financiero, el dólar contado con liquidación (CCL) registra un descenso de 0,4% a $1.158, mientras que el dólar MEP baja 0,2%, para ubicarse en $1.144. En el segmento mayorista, el dólar cotiza en $1.139.
Tras el anuncio del Gobierno que habilita el uso de dólares informales sin sanciones por parte del nuevo organismo fiscal ARCA, expertos relevados por iProfesional apuntaron que la medida apunta a reforzar el proceso de normalización económica, en particular en lo que respecta al acceso al financiamiento y el regreso al mercado de deuda. Para los especialistas, el llamado «blanqueo 2.0» tiene un doble propósito: incentivar el uso de divisas atesoradas fuera del sistema formal para dinamizar el consumo de bienes durables, y al mismo tiempo aumentar la liquidez en dólares dentro del sistema financiero, generando condiciones más propicias para el crédito y la inversión.
Los analistas señalaron que este esquema puede funcionar como una vía para ampliar la base prestable del sistema bancario, especialmente si logra replicar, en parte, la dinámica del blanqueo anterior. Con un potencial aumento de los depósitos en moneda extranjera, las empresas –particularmente las vinculadas al comercio exterior– podrían acceder a financiamiento más barato, en un contexto donde la deuda en dólares ganó atractivo por su menor costo relativo. Este movimiento, según los expertos, es clave para fortalecer la actividad productiva y sentar bases más sólidas para un eventual retorno del país a los mercados voluntarios de crédito.
Asimismo, indicaron que la medida podría ejercer presión a la baja sobre el tipo de cambio, ya que quienes usen dólares para compras deberán vender una parte en el mercado para pagar los impuestos en pesos. Esta dinámica se alinea con la estrategia del equipo económico de preservar las reservas internacionales sin intervención directa del Banco Central, manteniendo el dólar dentro de las bandas establecidas. En ese marco, la señal hacia una mayor previsibilidad cambiaria también contribuye a recrear condiciones mínimas de confianza para los inversores.
Para los expertos, el blanqueo no solo podría motorizar el consumo y el crédito corporativo, sino también consolidar un sendero de estabilización que facilite la reaparición de instrumentos de deuda en el mercado. A medida que se formaliza la tenencia de dólares y se canalizan hacia el sistema financiero, se crean las condiciones necesarias para una recuperación del financiamiento local y externo, crucial para sostener la actividad sin depender exclusivamente del ajuste fiscal.
El nuevo blanqueo del Gobierno: incentivo al consumo y al financiamiento en dólares
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) analizaron el reciente paquete de medidas oficiales anunciado por el Gobierno, que busca activar el uso de dólares atesorados fuera del sistema financiero. Para los especialistas del bróker, esta nueva estrategia –denominada informalmente como «blanqueo 2.0″– se centra en fomentar el consumo de bienes durables, al mismo tiempo que se espera generar una nueva fuente de oferta de divisas que ayude a mantener la estabilidad cambiaria cuando finalice la temporada fuerte de liquidación del agro a fines de junio.
Los analistas de PPI destacaron que esta iniciativa permitirá a los ciudadanos utilizar divisas previamente no declaradas sin temor a sanciones de la recientemente creada Agencia de Recaudación y Control Argentino (ARCA). El Gobierno espera que esto derive en una mayor circulación de dólares en la economía formal, incentivando tanto la inversión como el consumo de productos de alto valor. Desde la perspectiva del equipo económico, se trata de un instrumento que busca aportar dinamismo a la actividad y contener posibles presiones cambiarias futuras.
Uno de los aspectos centrales del esquema es que, si bien las operaciones podrán realizarse en moneda extranjera, los impuestos deberán pagarse en pesos. Para Portfolio Personal Inversiones, esta disposición operará como una vía indirecta para generar una presión bajista sobre el tipo de cambio, ya que obligará a quienes concreten operaciones a vender parte de sus dólares para afrontar la carga impositiva en moneda local. En un régimen de flotación administrada con bandas, y ante la voluntad del BCRA de no intervenir, esto podría empujar la cotización hacia el piso de la banda establecida.
Según explicaron desde PPI, este mecanismo está alineado con los objetivos de política cambiaria del Gobierno. En un contexto donde las reservas siguen siendo un foco de atención clave, la posibilidad de que el mercado genere por sí mismo la oferta necesaria para evitar sobresaltos cambiarios es una apuesta relevante. La administración Milei busca lograrlo sin recurrir a intervenciones directas del Banco Central, preservando sus escasos recursos externos.
Mayor liquidez para empresas: el rebote del crédito en dólares
Más allá del impacto esperado en el tipo de cambio y el consumo, desde Portfolio Personal Inversiones señalaron que el blanqueo también podría modificar la dinámica del crédito en moneda extranjera. Si los depósitos en dólares crecen como resultado de la mayor formalización, los bancos tendrán mayor capacidad para prestar, lo que abriría una ventana de financiamiento especialmente atractiva para empresas exportadoras.
Los expertos del bróker detallaron que ya se observa una mejora sustancial en el volumen de préstamos en dólares. En las últimas 17 ruedas previas al 19 de mayo, el sistema financiero mostró un fuerte incremento de u$s1.009 millones en créditos en moneda extranjera –excluyendo el uso de tarjetas de crédito–. Esta cifra contrasta con la caída de u$s 15 millones observada en el mismo lapso anterior. El impulso provino casi exclusivamente de los préstamos documentos, que aumentaron u$s910 millones en ese período.
Para PPI, este comportamiento refleja un cambio significativo en el apetito y la posibilidad de financiamiento en divisas. A pesar de la recuperación reciente, los analistas consideran que aún queda espacio para que estos préstamos sigan creciendo. En particular, señalaron que el stock actual de préstamos documentos representa el 37,9% de los depósitos en dólares del sector privado, mientras que durante el gobierno de Mauricio Macri ese porcentaje alcanzó un máximo de 51,8%.
Sobre esa base, los especialistas de Portfolio Personal Inversiones estiman que existe un margen potencial de expansión cercano a los u$s 4.250 millones para este tipo de créditos, si se alcanzaran nuevamente los niveles históricos observados en la administración anterior. Este horizonte, de concretarse, aportaría una fuente adicional de liquidez a las empresas con acceso a mercados externos, permitiéndoles financiar capital de trabajo o inversiones en condiciones más ventajosas que las ofrecidas en pesos.
Expectativas y desafíos hacia adelante
Los analistas de PPI interpretan que, si bien esta nueva estrategia del Gobierno se presenta como una medida de corto plazo para contener eventuales tensiones cambiarias, también puede tener impactos estructurales. La posibilidad de ampliar el financiamiento bancario en dólares para empresas con perfil exportador contribuye a fortalecer el círculo virtuoso de generación de divisas y mayor formalización de la economía.
Desde el bróker sostienen que la efectividad del «blanqueo 2.0» dependerá en gran medida de la confianza que genere entre los ciudadanos que mantienen dólares fuera del sistema. La creación de un organismo como ARCA y la eliminación de sanciones podrían ayudar a generar esa confianza, pero aún resta por ver si el contexto económico y político brinda el marco de estabilidad necesario para que el incentivo se traduzca en decisiones concretas de los tenedores de divisas.
También advirtieron que el éxito de la iniciativa está condicionado por la capacidad del sistema bancario de canalizar eficientemente los recursos que ingresen. En este sentido, será clave que las condiciones macroeconómicas no sólo favorezcan el ingreso de capitales, sino que también garanticen un entorno de tasas de interés y riesgo controlado, para que tanto empresas como entidades financieras se sientan cómodas operando con mayor volumen en dólares.
Finalmente, para Portfolio Personal Inversiones, este nuevo paso se enmarca dentro de una estrategia gradualista del Gobierno para normalizar la economía, en la que medidas parciales se combinan con señales hacia una apertura más amplia. La evolución de los próximos meses será clave para determinar si este esquema logra cumplir sus múltiples objetivos: estabilizar el mercado cambiario, dinamizar el consumo, y fortalecer el financiamiento productivo en un contexto aún desafiante.
El avance cambiario sienta las bases para el próximo paso
A su turno, desde Mega QM señalaron que el proceso de flotación cambiaria se ha ido afirmando con rapidez, con un comportamiento del mercado que ha respetado las bandas establecidas sin necesidad de intervención directa del Banco Central. Según explicaron, el sistema ha generado mecanismos internos de autorregulación, en los cuales la oferta y la demanda encuentran niveles de equilibrio dentro del rango previsto, sin alcanzar extremos.
Los analistas del bróker destacaron que esta evolución ha contribuido a una reducción notable de la volatilidad del tipo de cambio, tanto en términos diarios como intradiarios. Esto, a su vez, ha generado un efecto positivo sobre la inflación, que en abril —y posiblemente también en mayo— se ubica por debajo de las proyecciones que se manejaban al momento de implementar el nuevo esquema.
En ese contexto, los activos argentinos experimentaron una mejora significativa en su valuación en dólares. Para Mega QM, este fenómeno tiene una doble explicación: por un lado, se aprecia directamente en los activos dolarizados; por otro, los activos en pesos se benefician por la caída del dólar financiero, que eleva su precio en moneda dura. A diferencia de otras ocasiones, la baja del dólar financiero no implicó un retroceso en la valuación en pesos de los activos locales.
Con estas señales positivas en el frente cambiario y financiero, desde la sociedad de bolsa subrayan que el clima actual crea una ventana de oportunidad para dar un paso más audaz: reinsertarse en los mercados internacionales de crédito.
El costo de estar fuera del mercado
Para Mega QM, la necesidad de retomar el acceso al financiamiento externo no es solo estratégica, sino también urgente. Durante el período en que rigió el esquema de «crawling peg» con intervención oficial, el Banco Central adquirió u$s 23.000 millones, pero solo logró aumentar sus reservas en u$s 3.000 millones. El resto fue absorbido principalmente por el Tesoro, que requirió u$s 15.800 millones para atender vencimientos con acreedores privados e internacionales.
Este drenaje constante de divisas implicó, según los expertos, un costo mensual promedio superior a los u$s 1.000 millones. En su análisis, esta situación es insostenible a largo plazo para cualquier economía, ya que implica atender los compromisos financieros sin posibilidad de refinanciamiento, lo que obliga a aplicar ajustes en otras áreas fiscales o monetarias.
Desde la sociedad de bolsa también remarcaron que el equilibrio del mercado cambiario está condicionado por la presión que el Tesoro pueda ejercer sobre la demanda de divisas. Si continúa necesitando dólares para cubrir vencimientos, se verá afectada la capacidad del Banco Central de conservar o incrementar sus reservas.
Además, los expertos explicaron que, en un esquema de flotación, los diferentes mercados de tasas —en pesos y en dólares— comienzan a mostrar señales de arbitraje. La curva CER y la curva de tasas en dólares se empiezan a vincular más directamente, revelando una necesidad creciente de normalización de tasas para garantizar sostenibilidad y competitividad.
Lo que falta para volver al mercado
Los analistas de Mega QM repasaron los factores que han mantenido al Tesoro alejado del financiamiento externo durante los últimos años. Entre ellos destacaron el déficit fiscal elevado, el historial de defaults, los controles cambiarios, la falta de reservas, la baja calificación crediticia y la incertidumbre política.
No obstante, reconocieron avances recientes en varios de esos frentes. El Tesoro muestra actualmente superávit fiscal, el nivel de endeudamiento neto —excluyendo tenencias intrasector público— es comparable al de otras economías emergentes, y los controles cambiarios han sido parcialmente desactivados. La política de flotación administrada, la normalización del comercio exterior y los mecanismos de convergencia entre mercados ayudan a reconstruir confianza.
También valoraron positivamente el acuerdo con el FMI, que permitió fortalecer las reservas internacionales. Sin embargo, consideraron que aún resta lograr una mejora en la calificación crediticia —que podría concretarse en junio— y una validación política del programa económico en las elecciones legislativas de octubre.
A pesar de este horizonte temporal, desde Mega QM consideran que es demasiado tiempo para esperar una normalización completa del mercado. Por eso, alentaron la posibilidad de comenzar a preparar operaciones de crédito transicionales, como las emisiones «peso linked» que mencionaron autoridades del BCRA. Según su visión, las condiciones internacionales están mejorando y podrían abrirse oportunidades para el sector privado, generando un efecto de arrastre hacia el Tesoro.
Concluyeron que el regreso al mercado de deuda hard dollar sería un punto de inflexión para la economía argentina. No solo permitiría reconfigurar el mapa de tasas de interés, sino que también brindaría un nuevo impulso a la valuación de los activos locales y fortalecería la estabilidad macroeconómica de mediano plazo.