En los últimos meses, la estrategia del carry trade ha ganado popularidad en Argentina. Esto se debe a las grandes ganancias que permite generar a través de las diferencias en las tasas de interés de dos economías diferentes.
En otras palabras, el carry trade consiste en solicitar un préstamo en una moneda con una tasa de interés baja y luego colocar esos fondos en una moneda que ofrezca una tasa más alta, como es el caso de Argentina.
No obstante, cabe aclarar que esta práctica se ha vuelto popular en economías con intereses elevados, debido a que permite a los inversores obtengan un rendimiento adicional aprovechando la diferencia de tasas.
Cómo funciona el carry trade
Como mencionamos anteriormente, el carry trade es una estrategia financiera comúnmente utilizada por inversores institucionales y especuladores que buscan aprovechar las diferencias entre las tasas de interés de dos divisas.
Cabe mencionar que la lógica detrás del carry trade es relativamente sencilla, aunque su ejecución conlleva riesgos significativos, especialmente vinculados a la volatilidad del tipo de cambio.
Selección de monedas
El primer paso consiste en seleccionar dos monedas: una con una tasa de interés baja y otra con una tasa de interés alta. El inversor se toma deuda en la moneda de bajo rendimiento, como, por ejemplo, el yen japonés (JPY), el franco suizo (CHF) e incluso el dólar, debido a que el costo del dinero allí es mínimo.
Luego, se deben convertir esos fondos a una moneda con alto rendimiento, como el peso argentino (ARS) o el real brasileño (BRL), para colocarlos en activos financieros que paguen tasas elevadas. Este tipo de arbitraje de tasas se apoya en la expectativa de que el diferencial compense el riesgo, y que el tipo de cambio entre ambas monedas se mantenga estable o evolucione favorablemente.
Inversión y generación de retorno
Una vez que los fondos se encuentran en la moneda de alto rendimiento, el inversor los coloca en instrumentos de renta fija, como bonos soberanos o plazos fijos, que ofrecen retornos superiores. Si el tipo de cambio se mantiene estable, la ganancia neta del carry trade es, en un inicio, la diferencia entre la tasa de interés recibida y la tasa pagada, sin considerar otros costos operativos o fiscales.
Por ejemplo, si el inversor toma deuda en yenes al 2% anual y coloca esos fondos en títulos argentinos con un rendimiento del 36% anual, el beneficio potencial es extraordinario. Sin embargo, ese retorno teórico puede verse afectado por factores como eventuales restricciones.
Riesgo cambiario
El principal riesgo de este modelo de negocios es el tipo de cambio. Si la moneda de alto rendimiento se devalúa frente a la de bajo rendimiento durante el período de inversión, las pérdidas pueden ser considerables.
En línea con el ejemplo anterior, si el peso argentino se deprecia abruptamente frente al yen al momento de pagar el crédito original, el inversor podría terminar devolviendo más de lo que ganó, incluso si la inversión local pagó una tasa atractiva.
Por ese motivo, el carry trade tiende a ser más popular en contextos de estabilidad cambiaria o apreciación de la moneda destino, tal como sucede con el peso en el momento actual.
Los factores que influyen en el carry trade
Dentro de los factores que se encuentran en el carry trade, se encuentra la política monetaria global. De hecho, cuando los países desarrollados bajan sus tasas de interés, aumenta el atractivo del carry trade.
Otra de las cuestiones para tener en cuenta es el mencionado control de capital y convertibilidad que podrían ocurrir en el medio. Asimismo, también entran en juego las expectativas de mercado. Si los participantes anticipan una suba de tasas en la moneda que se colocaron los fondos o una devaluación en la moneda de destino, puede ocasionar desarme de posiciones con rapidez. Esto podría ocasionar fuertes movimientos en el mercado cambiario.