El carry trade se ha vuelto una de las estrategias más utilizadas en la actualidad debido a la estabilidad del dólar en el plano local, las bajas tasas internacionales y las elevadas tasas de intereses en pesos.
Este negocio, a primera vista, parece simple: el inversor solicita fondos prestados en una moneda con baja tasa de interés y luego lo invierte en otra que pague una tasa mayor. La diferencia entre ambas genera una ganancia en moneda dura, tomándose, por lo general, al dólar como referencia. Sin embargo, cometer un error puede generar enormes pérdidas.
Los 3 errores más habituales al hacer carry trade
Subestimar el riesgo cambiario
Se trata de uno de los errores más graves y, al mismo tiempo, el más habitual. En este sentido, es común que los inversores consideren que los movimientos en el tipo de cambio son predecibles e incluso irrelevantes, especialmente cuando hay un clima de «paz cambiaria«.
Cabe recordar que esta maniobra financiera funciona siempre que la moneda en la que se invierte no se deprecie con respecto a la moneda en la que se tomó prestado el capital o que, de suceder, sea inferior a los intereses obtenidos.
Sin embargo, cuando la correlación se rompe, la cual suele suceder de forma abrupta, las pérdidas suelen ser enormes. Un caso internacional muy famoso se dio en el 2008. Durante mucho tiempo, muchos inversores tomaban yenes japoneses, con tasas cercanas a 0, para luego invertir los fondos en activos australianos y neozelandeses, cuyas tasas eran superiores al 6%.
No obstante, cuando estalló la crisis financiera, los flujos se revirtieron de forma violenta: los inversores huyeron hacia activos más seguros, apreciando el yen, haciendo que la estrategia colapse. De esta forma, lo que parecía una ganancia de 5 o 6 puntos porcentuales se tradujo en una pérdida de dos dígitos en tan solo días.
De hecho, en nuestro país, el carry trade fue popular entre 2017 y 2018, pero, una serie de devaluaciones hizo que las ganancias se trasformaran en números rojos. Por lo tanto, la clave se encuentra en desarrollar cierta cobertura cambiaria y/o contemplar escenarios de devaluación.
Ignorar los ciclos de política monetaria
Otro error habitual es creer que el diferencial de tasas de interés entre dos monedas es estático. Los bancos centrales de cada país suelen modificar constantemente sus políticas monetarias con cierta frecuencia, en especial en contextos de inflación, recesión o simplemente en momentos adversos como una guerra comercial.
Por lo tango, no seguir de cerca los ciclos de política monetaria conlleva tomar decisiones con información desactualizada, lo que podría ocasionar importantes pérdidas. Un ejemplo ocurrió en la pandemia, cuando inversores buscaban hacer carry trade en dólares en economías con tasas favorables y relativa estabilidad del dólar.
Sin embargo, cuando la FED arrancó con un ciclo de fuertes subas en la tasa de interés en 2022, el atractivo de estas operaciones cayó considerablemente, lo que ocasionó la salida masiva de capitales de países emergentes.
De esta forma, aquellos que no ajustaron sus carteras a tiempo, terminaron con activos en caída y monedas en depreciación. Cabe mencionar que si el mercado anticipa que una moneda puede fortalecerse, o viceversa, por decisiones futuras del banco central de ese país, el carry trade puede dejar de ser rentable, incluso antes de que se concrete la modificación de la tasa.
Aplicar erróneamente el apalancamiento
El carry trade, en muchas ocasiones, es rentable, pero en términos marginales. Es decir, la ganancia que normalmente genera es muy chica. Por tal motivo, muchos inversores recurren al apalancamiento para multiplicarlas. Sin embargo, cuando el mercado se mueve en contra, este apalancamiento genera que una supuesta pequeña pérdida se traduzca en una colapso de la inversión.
Es importante mencionar que, incluso con herramientas modernas de control de riesgo, el no medir escenarios extremos puede ocasionar serios inconvenientes. Un «cisne negro» como una crísis geopolítica, un shock externo, entre otros, puede generar el derrumbe de una estrategia bien pensada.
La clave, según los especialistas, es usar el apalancamiento con cierta prudencia, límites claros de pérdida, tener un sop loss asumido y que la estrategia no depende de que «nada salga mal». Tener en cuenta estos factores a la hora de hacer carry trade es clave para minimizar las potenciales pérdidas.