miércoles, mayo 28, 2025

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el escenario que reactiva el interés por el carry trade

Tras la salida del cepo y la implementación de un esquema de flotación administrada con bandas para el tipo de cambio oficial, el carry trade volvió a posicionarse como una estrategia central en las decisiones de inversión en el mercado argentino. El nuevo régimen cambiario, impulsado por el gobierno de Javier Milei desde mediados de abril, establece una zona de flotación para el dólar que va de $1000 a $1400, con ajustes mensuales del 1%. En este contexto, el interés por operaciones en pesos con cobertura en dólares volvió a instalarse con fuerza entre los inversores.

El carry trade consiste en tomar posiciones en activos en moneda local que ofrezcan rendimientos superiores, y luego, ante determinadas condiciones del mercado, cerrarlas dolarizando la cartera. Esta estrategia depende de dos factores clave: una tasa de interés en pesos que resulte lo suficientemente atractiva y un tipo de cambio estable o con tendencia a la baja. Si estas condiciones se mantienen, la diferencia entre el rendimiento en pesos y la evolución del dólar genera una ganancia para el inversor.

Desde el anuncio del nuevo esquema de bandas cambiarias, el dólar oficial se mantuvo por debajo del techo establecido. En mayo, el tipo de cambio osciló entre $1100 y $1160, lo que reforzó la percepción de estabilidad en el frente cambiario. Paralelamente, la inflación mensual comenzó a mostrar una desaceleración significativa, lo que generó un entorno favorable para los instrumentos de renta fija en moneda local.

Según datos de la consultora Delphos Investment, en este escenario se proyecta una inflación implícita promedio de 1,5% mensual para los próximos meses. A su vez, para 2026, las expectativas apuntan a una tasa efectiva anual cercana al 14%, lo que indica un escenario de inflación controlada en términos históricos. Esta combinación de menor inflación y estabilidad cambiaria crea condiciones propicias para las estrategias de carry.

El regreso del carry trade: cómo impacta el nuevo esquema cambiario en la estrategia de inversión en pesos

En relación con el comportamiento del mercado de deuda en pesos, Delphos observó una pendiente positiva en la curva de rendimientos, especialmente en los tramos con vencimiento en 2025, que presentan rendimientos reales negativos. A partir de 2026, la curva se estabiliza con tasas que oscilan entre el 9,5% y el 10%, según estimaciones de la consultora.

La elección de los activos adecuados para llevar adelante el carry trade es un punto central. En este sentido, los bonos ajustados por CER, conocidos como Boncer, vuelven a aparecer entre las principales alternativas consideradas por los inversores. Estos títulos están indexados por el Coeficiente de Estabilización de Referencia, que replica la evolución de la inflación, y ofrecen una opción más conservadora dentro de la estrategia.

Los analistas señalan que el tramo largo de la curva CER permite captar mayor duración, lo que representa una oportunidad para aquellos que buscan un posicionamiento más agresivo ante una eventual compresión de tasas reales. Esta posibilidad adquiere relevancia si se tiene en cuenta que, según Delphos, las tasas reales en Argentina aún se ubican por encima del promedio regional.

El rendimiento de los activos en pesos también está estrechamente vinculado con la evolución de la tasa de interés. En el caso del carry trade, la ganancia potencial no se explica únicamente por la brecha entre las tasas locales y el tipo de cambio, sino también por el diferencial entre las tasas reales y la inflación proyectada. Por esta razón, la política monetaria del Banco Central y su evolución a corto y mediano plazo son factores que los inversores siguen con atención.

 Dólar estable y tasas altas: la reacción del mercado frente al nuevo esquema

El retorno del carry trade en la coyuntura actual también tiene un componente de expectativa vinculado con la sostenibilidad del esquema de bandas cambiarias. El propio presidente Javier Milei y su equipo económico manifestaron en reiteradas oportunidades que el objetivo es mantener el dólar oficial lo más cerca posible del piso de la banda. Hasta ahora, el comportamiento del tipo de cambio viene alineado con esa meta.

En cuanto a la reacción del mercado frente al nuevo esquema, los analistas observan un escenario de optimismo moderado, con una mejora en los rendimientos de los instrumentos de renta fija, aunque con una respuesta limitada a los datos positivos de alta frecuencia. Este fenómeno refleja cierta cautela por parte de los operadores, que evalúan tanto los fundamentos económicos como los riesgos asociados a posibles modificaciones en el esquema vigente.

Desde el punto de vista técnico, el carry trade requiere que el inversor realice un seguimiento constante de variables como la inflación, la política monetaria, el nivel de reservas internacionales, la dinámica de ingreso de divisas y las proyecciones macroeconómicas. En este sentido, la estrategia no está exenta de riesgos, especialmente si el tipo de cambio se desacomoda o si las tasas reales se ajustan a la baja de manera abrupta.

A nivel operativo, los instrumentos más utilizados para hacer carry en el mercado local incluyen letras del Tesoro, bonos CER, bonos a tasa fija y obligaciones negociables emitidas por empresas del sector privado. La elección depende del perfil de riesgo del inversor, el plazo de la inversión y las expectativas sobre la evolución de los precios y el dólar.