viernes, mayo 30, 2025

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El dólar oficial salta $1195 y anota su máximo de las últimas tres semanas

El dólar minorista arranca este jueves con un incremento de veinte pesos, a $1.195 en las pantallas del Banco Nación, marcando así su nivel más alto en tres semanas. En el mercado informal, el dólar blue se negocia sin variaciones, a $1.170. En el ámbito financiero, el dólar contado con liquidación (CCL) sube un 0,9% en $1.186, mientras que el dólar MEP avanza un 0,8%, en $1.155. Por su parte, el tipo de cambio mayorista cotiza a $1.176.

El peso argentino muestra señales de fortaleza en un clima de calma financiera, impulsado por el efecto de las recientes medidas económicas orientadas a fomentar el uso de los dólares fuera del sistema formal. Analistas relevados coincidieron en que si estas disposiciones logran incentivar la circulación de divisas y el equipo económico mantiene su compromiso de no emitir, el peso podría consolidarse como el activo escaso, con una consecuente depreciación del dólar. Además, el contexto internacional contribuye favorablemente: la debilidad global del dólar permite una ganancia de competitividad sin que una devaluación explícita sea necesaria.

Los especialistas también destacaron el rol clave que juega el respaldo del Banco Central en este nuevo escenario. La recapitalización de la autoridad monetaria y el equilibrio entre las reservas brutas y la base monetaria fortalecen la credibilidad del peso. Bajo este esquema, se espera que el tipo de cambio de convertibilidad se mantenga estable, lo que aporta previsibilidad y apoya la confianza en la política cambiaria actual. En ese sentido, las reservas también son vistas como un ancla que respalda la estabilidad monetaria, lo que podría ser decisivo para la evolución del mercado en los próximos meses.

Por otro lado, los analistas subrayaron que las medidas no persiguen una finalidad recaudatoria inmediata, sino que buscan reactivar la economía mediante una mayor circulación monetaria, especialmente en dólares. Al permitir que los ciudadanos utilicen sus ahorros sin trabas fiscales ni temor a sanciones, se espera generar un entorno de mayor dinamismo económico. Esta remonetización —tanto en moneda local como extranjera— puede favorecer el consumo, el crédito y la inversión, con un impacto positivo sobre la actividad sin necesidad de aplicar aumentos impositivos.

Asimismo, indicaron que la estrategia oficial se diferencia de políticas anteriores al proponer un Estado menos intrusivo, que deja espacio al protagonismo del sector privado. Este nuevo enfoque plantea una reconfiguración del vínculo entre el fisco y los contribuyentes, apostando a la confianza y al crecimiento como pilares de la sostenibilidad fiscal. En este marco, si el país logra sostener un sendero de expansión económica, el impulso recaudatorio llegará de manera indirecta, apoyado en un mayor volumen de actividad y no en la presión tributaria.

Un plan sin metas recaudatorias ni acumulación inmediata de reservas

Desde la sociedad de bolsa Grupo IEB explicaron que las recientes medidas anunciadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, junto al titular de la Agencia Federal de Ingresos Públicos (ARCA), Juan Pazo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, no persiguen objetivos típicamente asociados a un blanqueo, como la recaudación o la acumulación inmediata de reservas. Pese a que algunas interpretaciones apuntan a un nuevo régimen de sinceramiento fiscal, los especialistas del bróker destacaron que el enfoque oficial va en otra dirección.

Según los analistas de la sociedad de bolsa, aunque el ingreso de dólares podría impactar positivamente en los depósitos en moneda extranjera y, por ende, en los encajes que se contabilizan dentro de las reservas brutas del BCRA, esto no representa una estrategia de fortalecimiento de las reservas netas. En ese sentido, señalaron que la distinción entre reservas brutas y netas es clave, ya que estas últimas excluyen los encajes de los depósitos privados en dólares.

Para Grupo IEB, el núcleo de estas disposiciones está en un cambio cultural: facilitar que los argentinos puedan utilizar libremente sus ahorros sin temor ni trabas. El Gobierno busca así incentivar una mayor integración del ahorro informal al sistema financiero, sin imponer cargas punitivas ni generar la sensación de que se está recompensando una conducta ilícita.

Además, los expertos remarcaron que este tipo de medidas responden a la necesidad de avanzar hacia una remonetización de la economía, en un contexto de baja oferta monetaria en términos históricos. La iniciativa no apunta al control o a la penalización, sino a generar condiciones de confianza que incentiven la circulación del dinero en la economía formal.

Un peso fortalecido en un escenario de calma

En la misma línea, el analista financiero Nahuel Bernues observó que el peso argentino continúa mostrando signos de fortaleza en un contexto de notable tranquilidad. Según explicó, las nuevas medidas del Gobierno fueron bien recibidas por el mercado, en especial por la posibilidad de que los ahorristas decidan volcar sus dólares no declarados —los conocidos «dólares del colchón»— a la economía formal. De concretarse este proceso, se incrementaría la circulación de dólares en el sistema, lo cual tendría consecuencias directas sobre la relación entre ambas monedas.

Para el especialista, si el Ejecutivo se mantiene firme en su decisión de no emitir moneda, y al mismo tiempo crece la cantidad de dólares en la economía, lo más lógico sería que el peso continúe apreciándose. El razonamiento detrás de esta proyección es simple: si el peso pasa a ser el bien escaso dentro del sistema monetario, su valor tenderá a subir frente al dólar, cuya disponibilidad aumentaría con la nueva normativa.

Bernues contextualizó este proceso en su cuenta de la red social X con lo que sucede a nivel internacional. Actualmente, el dólar se está debilitando globalmente, y eso representa un factor favorable adicional para el peso. En la práctica, este escenario externo permite que Argentina gane competitividad sin necesidad de recurrir a una devaluación explícita, evitando así generar alarma en los medios o en la opinión pública, aunque los efectos de fondo sean similares.

Otro punto que destacó el experto económico fue el fortalecimiento del respaldo del peso a través de las reservas del Banco Central. Con un BCRA recapitalizado, la confianza en la moneda nacional crece, al igual que la credibilidad del gobierno en su gestión macroeconómica. De acuerdo con los valores actuales, el tipo de cambio de convertibilidad —medido contra reservas brutas— se mantiene estable en torno a $869 para la Base Monetaria, $1.163 si se suma la deuda en LEFI, y $1.520 al considerar la Base Monetaria Amplia.

Una economía que busca formalizar su bimonetarismo

Los especialistas de Grupo IEB sostuvieron que las medidas tienen un trasfondo estructural más amplio: formalizar una economía bimonetaria sin imposiciones ni persecuciones. En su visión, la estrategia del Gobierno está orientada a permitir que los ciudadanos puedan operar en dólares sin ser considerados sospechosos por defecto, tal como sucedía con anterioridad en la relación con organismos como la Unidad de Información Financiera (UIF) o la propia ARCA.

Para Grupo IEB, este cambio implica avanzar hacia una dolarización endógena, es decir, impulsada desde las decisiones individuales de los ahorristas, y no por una política impuesta desde arriba. De este modo, los recursos de los organismos de control podrían enfocarse en la persecución de delitos reales, en lugar de destinarse al seguimiento de operaciones cotidianas de personas que simplemente desean utilizar sus ahorros.

Los analistas también señalaron que este nuevo enfoque puede generar una mayor estabilidad en el uso de la moneda extranjera dentro del circuito formal, abriendo la puerta a un sistema financiero más amplio, predecible y transparente. En la práctica, esto permitiría que la economía argentina se alinee con su realidad operativa: una alta preferencia por el dólar como resguardo de valor y medio de transacción.

En este marco, la expectativa es que las nuevas reglas incentiven a los argentinos a mantener e invertir sus dólares dentro del país, y no fuera del sistema financiero, como ha sido históricamente el caso. El acceso a esos fondos, sin barreras regulatorias excesivas, contribuiría a una economía más integrada y con mayor profundidad financiera.

Una remonetización centrada en el dólar

Bernues explicó que el objetivo central de las nuevas medidas no es generar una recaudación inmediata, sino impulsar la remonetización de la economía. En este proceso, el Gobierno prioriza que la moneda que circule sea el dólar, aunque también considera beneficioso cualquier crecimiento en la circulación del peso. El énfasis en el dólar responde a la preferencia histórica de los argentinos por esta moneda como reserva de valor.

El especialista detalló que, dado que no se aplicarán impuestos directos sobre los fondos que ingresen a la economía en este marco, el efecto sobre la recaudación vendrá por una vía indirecta. El movimiento de fondos y el crecimiento económico que podrían derivarse de estas medidas permitirán una mayor recaudación por IVA, que actualmente se ubica en el 21%. De esta manera, el Estado logra financiarse sin aumentar la presión fiscal.

El experto económico señaló que esta estrategia apuesta al crecimiento como principal motor de sostenibilidad fiscal. A diferencia de modelos anteriores, en los que el ajuste se apoyaba en más impuestos o más emisión, ahora se plantea una salida a través de la expansión económica. Si el país logra crecer entre un 6% y un 8% en los próximos años, el Gobierno proyecta devolverle al sector privado unos 500.000 millones de dólares mediante una menor carga tributaria.

Este enfoque implica una ruptura con las prácticas habituales en la política económica argentina. Bernues consideró que la decisión de que el Estado «se corra del medio» para permitir que el sector privado recupere protagonismo es una señal clara de que el paradigma está cambiando. En lugar de una intervención constante, se propone una administración más liviana, que delegue en la dinámica del mercado el impulso del desarrollo.

Una implementación en etapas para reforzar la confianza

Los especialistas de Grupo IEB detallaron que el plan presentado por el Gobierno se desarrollará en dos fases claramente diferenciadas. La primera etapa está centrada en las medidas que puede adoptar el Poder Ejecutivo de manera directa, mientras que la segunda requiere la aprobación legislativa. Esta segmentación busca dar respuestas rápidas, pero también generar certidumbre a futuro.

En la primera fase, la Unidad de Información Financiera deberá modificar sus normas para reducir los controles sobre operaciones vinculadas al uso de dólares, eliminando trabas innecesarias para los ahorristas que deseen gastar o invertir sus fondos. Según explicaron desde Grupo IEB, esta adecuación normativa apunta a eliminar el sesgo punitivo que ha dominado históricamente la fiscalización.

La segunda etapa consistirá en el envío de un proyecto de ley al Congreso, cuyo propósito será «blindar» a los ciudadanos en el uso de sus dólares frente a eventuales cambios políticos o regulatorios. Para los analistas del bróker, este paso legislativo busca dar una señal clara de estabilidad institucional y previsibilidad a largo plazo.

Desde Grupo IEB consideran que esta estrategia, al ser progresiva y con una narrativa centrada en la confianza, podría generar una mayor disposición por parte de los argentinos a integrar sus ahorros al circuito económico. Al reducir el riesgo percibido y ofrecer garantías jurídicas, el plan intenta cambiar de raíz la relación entre el ciudadano, el Estado y su propio dinero.

En definitiva, los especialistas ven en esta hoja de ruta una oportunidad para que la economía argentina comience a resolver uno de sus problemas estructurales: la desconfianza generalizada en las instituciones, que ha llevado a que miles de millones de dólares permanezcan fuera del sistema financiero.

Un nuevo escenario económico con reglas diferentes

Para el analista, el panorama que se está configurando en Argentina presenta elementos novedosos que deben ser observados de cerca. La combinación de una política monetaria austera, un BCRA fortalecido, un tipo de cambio que no está forzado a depreciarse, y un enfoque liberal sobre el rol del Estado, conforma un ecosistema que puede tener efectos positivos sobre la estabilidad y el crecimiento.

Bernues advirtió que todavía es temprano para medir los resultados concretos, pero remarcó que las condiciones están alineadas para que el peso se mantenga firme. Si el ingreso de dólares se incrementa como espera el Gobierno, y no hay emisión descontrolada, la lógica indicaría que el peso continúe apreciándose. Este fenómeno, combinado con un dólar más débil a nivel global, ofrece una oportunidad única para la economía argentina.

El especialista también puso en perspectiva que los cambios propuestos no son solamente técnicos, sino que responden a una nueva forma de pensar la relación entre el Estado, la moneda y los ciudadanos. Al no perseguir una recaudación inmediata, el Gobierno se enfoca en crear un entorno económico más previsible, donde el sector privado pueda operar con mayor libertad y confianza.

Finalmente, Bernues sostuvo que el éxito de estas medidas dependerá en gran parte de su implementación y de la respuesta del público. Si los argentinos confían en que pueden usar sus ahorros sin represalias, y si el Estado efectivamente se abstiene de intervenir innecesariamente, se podría estar ante el inicio de una etapa diferente para la economía del país.