La visita de Karina Milei a Misiones no solo tuvo una agenda protocolar. Dejó, además, un mensaje político claro: en Misiones, los verdaderos representantes del presidente Javier Milei tienen nombre y apellido, y no son precisamente los radicales con peluca que intentan reciclarse bajo el ropaje libertario.
Durante los actos en Oberá y Posadas, llamaron la atención algunas ausencias ruidosas. Los dirigentes radicales que buscan mimetizarse con el discurso libertario no tuvieron lugar junto a Karina y Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y uno de los máximos referentes de La Libertad Avanza a Nivel Federal.
Sin mencionarlos directamente, pero con un tiro certero, Menem analizó la confusión que se busca instalar en Misiones: “Varios espacios políticos provinciales buscan identificarse con el gobierno para ganar votos. Buscan generar confusión y pescar en río revuelto”. El dardo pareció apuntar de lleno a Martín Arjol y otros referentes de la UCR misionera que, tras la estrepitosa caída de Juntos por el Cambio (J×C), encontraron en el mileísmo una tabla de salvación para sus campañas.
Adrián Núñez, apoderado de La Libertad Avanza en Misiones, días atrás también fue contundente: “Nosotros somos los únicos que representamos al presidente en la provincia. No hay lugar para dobles interpretaciones”.
El mensaje fue claro. Mientras algunos se ponen la peluca solo para la foto, pero no fueron aceptados como referentes oficiales de Milei, solo se cuelgan en redes sociales para arañar algún voto de La Libertad Avanza. La ausencia de los radicales con peluca dejó expuesta la interna: no son bienvenidos en el círculo íntimo del mileismo real.
La estrategia de camuflaje electoral de algunos sectores opositores quedó al descubierto. Tras haber cosechado el voto bronca en 2023, muchos buscan ahora reconvertirse en libertarios de ocasión. Pero en política las imitaciones nunca son buenas y, mucho menos, perdurables.
El mileísmo duro no quiere confusión: busca votos auténticos, sin disfraces, sin maquillaje partidario. Y en Misiones, por lo visto, no todos superan la prueba de la autenticidad.