Con el avance en la digitalización del dinero, los pagos en efectivo pierden popularidad. De hecho, según el último informe de Pagos Minoristas, que elabora el Banco Central, las transferencias digitales de dinero continúan creciendo y las billeteras virtuales son la herramienta favorita para realizar este tipo de operaciones.
En abril de este año, según el organismo, crecieron las transferencias inmediatas. En esta línea, se registraron 576 millones de transacciones por 56,4 billones, lo que implican incrementos interanuales del 26,8% y del 35% tanto en cantidades como en montos.
Al mismo tiempo, el reporte del BCRA arrojó un dato que pone de manifiesto la preferencia de las personas por las billeteras virtuales y aplicaciones no bancarias: el 76% tuvo como origen y/o destino un CVU.
Esta popularidad se debe a varios motivos como la seguridad a la hora de operar, su facilidad e inmediatez en la acreditación del dinero, entre otros parámetros. No obstante, existen algunas cuestiones a tener en cuenta antes de concretar este tipo de operación para evitar errores al transferir dinero.
Qué se debe tener en cuenta a la hora de hacer una transferencia y qué hacer si me equivoqué
A la hora de realizar una transferencia, se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Revisar dos veces los datos del destinatario como nombre, alias, cbu, DNI, entre otros
- Prestar atención al banco y el nombre de recepción
- Anotar el número de transferencia una vez realizado el pago
- Borrar de la agenda de transferencias todos los usuarios que no son habituales
- Guardar todos los comprobantes de recibos de transferencias
En el caso de un error se debe actuar lo antes posible, aunque es importante aclarar que las transferencias bancarias no pueden ser canceladas ni editadas. Teniendo esto en cuenta es importante identificar, en primer lugar, si el banco de origen es el mismo u otro.
Si se cuenta con información del titular de la cuenta beneficiaria, la clave es contactarse de forma directa con esta persona para comunicarle el error y pedirle la devolución del dinero. Esta opción es la más directa, aunque se fundamenta en la buena fe de las personas.
Cabe mencionar que, en la mayoría de los casos en lo que la otra persona acceda a devolver el dinero, se comunique previamente con su banco para conocer cómo operar y evitar cualquier tipo de posible estafa.
En el caso de no contar con información suficiente como para contactar al titular de la cuenta beneficiaria o no se confía lo suficiente en la solución anterior, se debe iniciar un reclamo a través del área de operaciones del banco de destino.
El mismo suele quedar sujeto a la conformidad del cliente, como también del banco de destino que deben validar la devolución. Esto funciona así con todos los bancos, ya que es un proceso que puede llevar su tiempo, pero puede variar según el caso, por lo que lo aconsejable es ver la posibilidad de la devolución entre las partes directamente.
Por otra parte, si la transferencia es una operación entre dos cuentas del mismo banco, la operación suele ser inmediata y tampoco puede revertirse. Al igual que en el caso anterior, la principal recomendación es ponerse en contacto con la otra parte para intentar llegar a un acuerdo, en el que el receptor devuelva los fondos transferidos por error.
La diferencia principal con el caso anterior, es que, al tratarse de un cliente de la misma entidad, es posible que el personal bancario puede ayudar a contactar a la otra parte. No obstante, es importante resaltar que son operaciones irrevocables.
Esto quiere decir que una vez que se envía la orden de transferencia al banco, esta no puede ser anulada, y el dinero depositado en la cuenta destinataria solo puede ser devuelto con el consentimiento del beneficiario o mediante orden judicial (si no la quiere reintegrar, bajo el argumento de enriquecimiento sin causa). Sin embargo, esto último suele ser difícil y, en algunos casos, antieconómico, aunque todo dependerá del monto transferido.