El mercado financiero argentino muestra señales de recuperación este jueves, con el índice Merval registrando una suba del 0,7%. Esta mejora se da en un contexto de sesión positiva para los negocios en la Bolsa de Nueva York (NYSE), que otorga un impulso a los papeles locales.
Así, el respiro para el mercado argentino se percibe claramente en el panel líder, donde se destacan las subas de Transener (+3,2%), seguida por Cresud (+2,7%), BBVA (+2,1%), Central Puerto (+2%) y BYMA (+1,9%).
Con la misma tónica, en Wall Street, las acciones argentinas que operan con tendencia positiva. Los ADRs que muestran son liderados por Cresud (+2,2%), seguida por BBVA (+2,6%), Telecom (+2%), Central Puerto (+0,9%) e Irsa (+0,8%).
Este buen desempeño sugiere una reacción favorable a recientes novedades económicas y políticas, aunque el sentimiento general sigue siendo cauteloso. Los analistas se mantienen expectantes ante la sostenibilidad de esta tendencia alcista, especialmente en un entorno global de alta volatilidad.
El segmento de la renta fija presenta un comportamiento negativo durante la jornada. Los bonos soberanos en dólares operan con rendimientos adversos, lo que refleja cautela por parte de los inversores. A pesar de la mejora en las acciones, el mercado de deuda aún evalúa la sostenibilidad de las políticas económicas y la trayectoria fiscal del país. Dentro de este panorama, el Bonar 30 experimenta un descenso del 0,4%.
La dinámica externa desafía el carry trade
Desde la sociedad de bolsa Cohen se puso el foco en las repercusiones de la dinámica externa sobre las estrategias de inversión en pesos, particularmente el carry trade. Los analistas de la firma han señalado que la cuenta corriente en números rojos representa un desafío significativo, no tanto por la magnitud del desequilibrio sino por la necesidad de su financiamiento. Para los expertos del bróker, la clave reside en la capacidad de Argentina para consolidar su acceso a los mercados internacionales.
Si este acceso se afianza, como sugirió la reciente colocación del Bonte 2030 –la primera emisión internacional en pesos desde 2018–, el tipo de cambio podría mantener su estabilidad. Por el contrario, de no lograrse este financiamiento, el ajuste necesario recaería directamente sobre el tipo de cambio o, en su defecto, sobre la actividad económica. En este escenario, las presiones provenientes del frente externo sobre las cotizaciones cambiarias mantienen en alerta a los inversores que implementan estrategias de carry trade, las cuales habían ganado terreno gracias a un tipo de cambio relativamente estable y cotizando por debajo del centro de las bandas.
Sin embargo, los especialistas de Cohen han observado que un dato de inflación que efectivamente se ubique en torno al 2% o incluso por debajo, podría generar un nuevo impulso para la curva a tasa fija en pesos, lo que ofrecería un alivio para estas estrategias. La colocación del Bonte 2030 se realizó a una TNA del 29,5%, una tasa elevada que refleja claramente la percepción del riesgo cambiario por parte de los inversores. Valuado a la fecha de put de mayo de 2027, esta tasa en pesos implicaba un rendimiento en dólares del 6,3%, incluso si el tipo de cambio se posicionaba en el techo de la banda.
Incluso al valuarse al vencimiento, el retorno anual en dólares era del 12,5% en el mismo escenario. A pesar de esto, la compresión observada en el mercado secundario, con el TY30P operando al 26,9% ya el miércoles 4 de junio, sugiere que podría existir margen para repetir una colocación a tasas más competitivas en futuras licitaciones. A pesar de la reducción en la devaluación implícita contra el AL30 —pasando del 17,4% anual al momento de la emisión a un 12,3% en la actualidad—, el mercado aún proyecta un tipo de cambio por encima del centro de la banda hacia el año 2030.
Estrategias en pesos
En este marco, los analistas de Cohen han indicado que el atractivo del carry trade en el corto plazo persiste, aunque de manera cada vez más acotada. La estabilidad del tipo de cambio y la expectativa de un dato de inflación por debajo del 2% podrían impulsar la curva a tasa fija, lo que favorecería estas estrategias. No obstante, sus analistas advierten que la sostenibilidad del carry trade depende de que no se intensifiquen las presiones cambiarias. La reciente colocación del Bonte 2030 evidenció cierta demanda por riesgo en pesos, aunque todavía exige una prima elevada ante la persistente incertidumbre.
Para Cohen, con una cuenta corriente deficitaria y expectativas de un tipo de cambio más alto a mediano plazo, el riesgo inherente a estas estrategias sigue latente. A pesar de estas advertencias, la sociedad de bolsa continúa favoreciendo el tramo corto de la curva a tasa fija para perfiles de inversores arriesgados que buscan implementar estrategias de carry trade. En particular, desde Cohen destacaron las series S29G5 y S30S5, que ofrecen rendimientos del 2,5% y 2,3% TEM, respectivamente, con tipos de cambio de equilibrio en torno a $1.275 y $1.301.
Sin embargo, los especialistas del bróker han advertido sobre la gran exposición de estas estrategias, ya que su desempeño seguirá condicionado por la dinámica del frente externo. Además, a pesar de una fuerte liquidación del sector agropecuario, que registró USD 825 millones en la última semana, la demanda de divisas se mantiene firme, lo que ejerce presión sobre el tipo de cambio. Esta situación se da incluso en un período estacionalmente favorable para el sector y con la quita temporal de retenciones vigente hasta fines de junio.
Para los perfiles más conservadores, el tramo 2026 de la curva CER sigue siendo atractivo para plazos de tres a seis meses. En un escenario de desinflación sostenida, estos instrumentos ofrecen un retorno potencial superior al de la curva a tasa fija. El mercado ya refleja en precios tasas reales relativamente elevadas, en un contexto en el que la inflación esperada para los próximos meses podría moderarse más rápido que las tasas nominales. Esta dinámica, según Cohen, refuerza el atractivo del posicionamiento en CER en el mediano plazo, en particular a través del TZXM6 (CER+10%). Si bien el retorno efectivo dependerá del rendimiento de salida al momento del desarme, la Tasa Interna de Retorno (TIR) de equilibrio del tramo 2026 se ubica en torno al 14,6% a seis meses frente a la tasa fija, lo que implicaría una descompresión de spreads de hasta 460 puntos básicos. Para estrategias de largo plazo, los analistas de Cohen optaron por rotar del bono dual TTM26 al T13F6.
Rendimientos en dólares: oportunidad y cautela en bonos soberanos y corporativos
En lo que va de 2025, los bonos soberanos en dólares han exhibido un desempeño superior al de países comparables, un dato que desde Cohen han destacado en su análisis. Mientras que estos últimos muestran una suba promedio del 0,6%, los Globales y Bonares acumulan una ganancia del 1,9% en lo que va del año, a pesar del incremento en las tasas de los bonos del Tesoro estadounidense. En esta línea, los expertos de la sociedad de bolsa mantienen una visión constructiva de largo plazo sobre los activos de renta fija en dólares.
Esta visión se alinea con la posibilidad de un escenario político favorable a La Libertad Avanza (LLA) en las próximas elecciones, lo que, según Cohen, podría consolidar un entorno de mayor previsibilidad macroeconómica. Este factor, a su vez, habilitaría una compresión adicional del riesgo país y acercaría a Argentina al acceso a los mercados internacionales de deuda. Para los analistas de la firma, este acceso es clave para sostener un déficit de cuenta corriente con un menor impacto sobre el tipo de cambio o en el nivel de actividad económica.
Sin embargo, los especialistas del bróker advierten que, a corto plazo, podría observarse una cierta lateralización en la performance de la deuda soberana hard dollar. Esto se debe, en parte, a la decisión del gobierno de no intervenir en el mercado cambiario dentro de las bandas de flotación, lo que limita la acumulación de reservas, una variable aún crítica para evaluar la sustentabilidad financiera y las condiciones de acceso a los mercados. Si bien el Tesoro ha optado por acumular reservas a través de colocaciones de deuda, como la del Bonte 2030 —que aportaría 1.000 millones de dólares—, y evalúa concretar un posible repo con bancos privados por 2.000 millones de dólares —de los cuales 500 millones podrían computarse para la meta con el FMI—, estos esfuerzos aún no se reflejan en una mejora consistente en el desempeño de los bonos.
En este contexto, los bonos GD35 y GD41 son los que presentan mayor potencial de upside dentro de la curva soberana, ambos con TIRs en torno al 11%. Suponiendo un escenario de compresión del riesgo país hacia niveles inferiores a 500 puntos básicos en un horizonte de 12 meses, el GD35 ofrece un potencial retorno del 21,2%, mientras que el GD41 podría alcanzar un 24,0%. Ante una posible lateralización de precios en la curva soberana, los analistas de Cohen consideran oportuno diversificar parcialmente hacia BOPREAL. Estos instrumentos han mostrado menor volatilidad en momentos de incertidumbre política, como pueden ser los meses previos a elecciones, y registran una ganancia del 5,7% en lo que va del año. Dentro de esta clase, el BOPREAL Serie 1-C se destaca con una TIR del 8,7%, por encima del resto de los instrumentos de la misma serie. Para perfiles más conservadores, la sociedad de bolsa recomienda posicionarse en obligaciones negociables corporativas en dólares bajo Ley NY y de tramo largo. Estos activos combinan mayores rendimientos con menor exposición a la volatilidad local, además de ofrecer mayor liquidez y profundidad operativa. Desde Cohen, destacaron los créditos de YPF 2031 YMCUO (8,1% TIR), Telecom 2031 TLCMO (8,7% TIR) y TGS 2031 TSC3O (7,5% TIR).
Qué pasa en los mercados del mundo
Las acciones estadounidenses suben este jueves impulsadas por nuevos datos que muestran una moderación en las presiones inflacionarias. A pesar de este respiro, el presidente Donald Trump reaviva la incertidumbre al insistir con su amenaza de aplicar aranceles unilaterales bajo una postura de «tómalo o déjalo».
El índice Dow Jones Industrial Average avanza 0,15%. Por su parte, el S&P 500 gana un 0,3%, y el índice tecnológico Nasdaq Composite avanza alrededor de un 0,2%.
El mercado reacciona con cautela tras la caída del S&P 500 en la jornada anterior, que corta una racha de ganancias. Los inversores analizan no solo los datos económicos, sino también la creciente tensión en Medio Oriente y la fragilidad del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China.
El contexto global, combinado con la política comercial impredecible de la Casa Blanca, mantiene al mercado en alerta. Los operadores buscan señales que aporten claridad sobre el rumbo económico, tanto en términos de comercio internacional como de política monetaria.
El dólar cae a su nivel más bajo en tres años, luego de que nuevos datos muestren que la inflación mayorista sube menos de lo esperado. Esta cifra sugiere que los aranceles impulsados por Trump aún no generan un impacto inflacionario significativo.
Los datos llegan después del informe de inflación al consumidor, que también refleja una desaceleración en los precios tras los aranceles implementados en abril bajo el principio de «reciprocidad». La combinación de ambos reportes fortalece la percepción de que la inflación, por ahora, se mantiene bajo control.
Esta moderación inflacionaria plantea un dilema para la Reserva Federal, que se prepara para su próxima reunión de política monetaria. Aunque algunos analistas apuestan por un recorte de tasas este año, la mayoría espera que la Fed mantenga su postura de cautela y siga evaluando la evolución económica.
Septiembre aparece como el mes más probable para una posible baja de tasas. No obstante, los próximos datos de inflación y las decisiones comerciales del gobierno podrían modificar esa proyección rápidamente.