Los analistas del mercado se muestran optimistas respecto al anuncio de Ministerio de Economía sobre emitir más bonos en pesos suscribibles en dólares en las próximas licitaciones de deuda, similares al «Bonte 2030», pero con ingreso habilitado tanto para inversores locales como extranjeros, con los que busca obtener hasta u$s1.000 millones por mes para reforzar las reservas del Banco Central.
En diálogo con iProfesional, el economista Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier, afirma que la medida anunciada ayer, tras el cierre de mercados, apunta a flexibilizar los controles para que ingresen más dólares a la plaza cambiaria mientras se mantienen las restricciones al acceso al mercado oficial de cambios para personas jurídicas.
Para Caamaño, el ministro Luis Caputo está intentando forzar la oferta de dólares a través de financiamiento privado con el objetivo de incrementar las reservas del Central sin tener que comprarlos en el mercado de cambios. De esta manera, evita que el tipo de cambio suba. Incluso, resalta, podría generar que la cotización del dólar baje y la inflación se desacelere aún más rápido.
En cuanto al grado de éxito que podría tener Caputo con esta estrategia, expresado en el nivel de captación de dólares con los nuevos títulos de deuda, Caamaño sostiene que dependerá principalmente de las tasas de interés y los precios a los que se liciten los bonos. Advierte que el clima externo no es el mejor, pero siempre habrá demanda si se remunera correctamente el riesgo.
Medida acertada, según los analistas
«En principio, creo que es una medida que va en la dirección correcta en el sentido de tratar de acumular reservas. Es un mecanismo medio extraño, pero obedece a la necesidad de sumar dólares en el Central y está bien que no discriminen entre inversores extranjeros y locales. Con esto, quizás consiguen que algunos dólares del colchón vayan a financiar estas emisiones del Tesoro», resalta Pablo Repetto, líder de research de Aurum Valores, ante iProfesional.
De acuerdo con Repetto, el paquete de medidas da la impresión que también tiene como objetivo algún grado de baja de tasa de interés porque libera algo de liquidez al mercado, posiblemente con mayor demanda de Lecap. Estima que se busca consistencia con un esquema en el que las tasas de interés deberían tender a bajar por la menor inflación que se proyecta.
El analista financiero Salvador Di Stefano estima que habrá buena demanda de los nuevos títulos de deuda, por lo que el Central podría reforzar las reservas. Además, afirma que el conjunto de medidas ayudará a comprimir los rendimientos de las Lecap, subir las tasas de los préstamos privados bancarios, sacar liquidez en el mercado y generar caídas en las cotizaciones del dólar.
Cambio de estrategia del Gobierno
«Lo de la inclusión de bonos en pesos suscribibles en dólares en las licitaciones me parece lo más interesante de las nuevas medidas. Si el Gobierno consigue u$s1.000 millones por mes sin pasar por el mercado de cambios, o sea, sin meterle presión al precio del dólar en la rueda cambiaria, sería una muy buena estrategia», resalta Martín Genero, analista de Clave Bursátil, en diálogo con iProfesional.
Genero advierte que, así como el Bonte 2030 se hizo con un tipo de cambio oficial mayorista de $1.148, que no es el del piso de la banda de flotación, las licitaciones del Tesoro en las que se colocarán los bonos en pesos a cambio de dólares, por más que no vayan por el mercado de cambios, le pondrán un «piso psicológico» a la cotización de la divisa, que no es el mínimo establecido en el esquema cambiario.
«Me parece que este mecanismo, si funciona y el Gobierno consigue u$s1.000 millones por mes, puede ser un game changer. Más allá de los dólares que consiga y que hagan cumplir la meta del FMI y ayuden a pagar los vencimientos de deuda en dólares y demás, esto muestra que finalmente el Gobierno da el brazo a torcer con su diagnóstico sobre que no hace falta comprar dólares», destaca.
Genero sostiene que con el cambio de posición, que no era compartida por el mercado ni por el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno está demostrando que en este aspecto no iba por buen camino y admite que sí es necesario comprar dólares. De este modo, «resigna esa pelea» y se alinea con el diagnóstico de los inversores privados y del organismo multilateral de crédito.
El economista Gustavo Ber coincide en que los nuevos títulos de deuda en pesos, suscribibles en dólares, tendrán una muy buena demanda por parte de los inversores en las licitaciones, teniendo en cuenta el sostenido apetito que se viene observando en los instrumentos de deuda en moneda local.
«Creo que se van a poder captar importantes montos a través de estas emisiones para acumular reservas en el Banco Central. Los avances en el proceso de desaceleración de la inflación y la calma cambiaria, junto a las señales de respaldo electoral al oficialismo que se vienen sumando, continúan además llevando a los inversores a tener más incentivos para colocarse en títulos de mayor duración», agrega.