Durante siglos, el oro y la plata eran considerados casi exclusivamente como metales preciosos, cuyos precios se respaldaban en gran medida por una oferta muy reducida y una demanda sostenida, no solo como refugio de valor ante escenarios económicos globales inestables sino de parte de la industria que los utiliza como insumos.
Pero de un tiempo a esta parte, con un mundo que cada vez demanda más tecnología, más energía limpia y más conectividad, la plata ya no es solo un metal precioso, pues también se convirtió en un recurso estratégico. En este contexto, su valor ya dejó de depender exclusivamente de los volúmenes que se extraen, sino fundamentalmente de su utilidad, según afirma Joan Cabrero, analista de EcoTrader.
Es precisamente a partir del lugar que viene ocupando de un tiempo a esta parte, que la plata, que siempre ocupó un segundo plano con respecto al oro, transita un camino ascendente y empieza a ocupar posiciones más centrales.
A diferencia del oro, que se caracteriza por ser un símbolo de poder y refugio, «la plata se está convirtiendo en el metal de los avances, el que ha acompañado a la humanidad en sus revoluciones industriales y tecnológicas. El que se cuela en cada placa solar, en cada chip, en cada bisturí», afirma Cabrero.
Todo ello está siendo captado por el mercado, que como es habitual en estos casos, comienza a descontar que el futuro va a necesitar más de este metal blanco.
Y es por ello que suben las apuestas sobre el futuro de sus cotizaciones como también de las empresas que la extraen.
En cuanto al metal en sí mismo, se estima que podría tener un rally ascendente que según algunos analistas podría rondar el 40 por ciento, que le permitiría alcanzar los máximos históricos de u$s50 que no se registran desde 2011.
Los CEDEARs que invierten en plata
Las perspectivas favorables para la plata no solo se reflejan en la cotización del metal físico, sino también en la de las empresas mineras que la extraen.
Si se opta por invertir en el metal físico, pero sin necesidad de hacer acopio del mismo ni de tener que recurrir al mercado de Chicago, la mejor manera de hacerlo es a través del CEDEAR denominado SLV (ETF Ishares Silver Trust), que replica la evolución de los precios al instante.
Cabe apuntar que este certificado muestra en el último mes un incremento del 14%, pues comenzó a cotizar el 15 de mayo pasado, en tanto que en su versión original, el SLV, que es administrado por el fondo de inversión Blackrock y está respaldado por más 14.000 toneladas de este metal, muestra una suba del 25% en dólares en lo que va del año.
Desde IOL Invertironline afirman que «este instrumento permite obtener exposición al movimiento del precio de la plata sin la necesidad de comprar y almacenar el metal físico».
En cambio, si la opción es hacerlo a través de compañías del sector, las opciones que ofrece el mercado local son dos:
1.Pan American Silver (PAAS)
Es uno de los gigantes del sector, con operaciones diversificadas en Canadá, México, Perú, Bolivia y Argentina. Aunque también produce oro, su corazón sigue latiendo al ritmo de la plata. Buena visibilidad de reservas, gestión prudente y una trayectoria de décadas en el sector hacen de Pan American una jugada sólida si el metal blanco concreta su espiral ascendente, más allá que su CEDEAR muestra una suba del 32% en el último mes.
2.Hecla Mining (HL)
Fundada en 1891, Hecla es una de las mineras más antiguas del mercado estadounidense. Su foco principal está en la plata, con minas clave como Lucky Friday y Greens Creek. Aunque en los últimos años ha ampliado algo su exposición al oro, sigue siendo una de las formas más directas de jugar una revalorización del metal blanco en EE.UU. En este caso, su CEDEAR avanza un 26% en los últimos 30 días.