sábado, junio 14, 2025

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Zulma Alvarenga de Meza: 36 años de radio y una vida dedicada a la cultura

“Tenía 17 años apenas cuando me recibí de maestra”, recuerda Zulma, quien nació en el barrio Rocamora de Posadas y llegó a Montecarlo en 1968 junto a su hermana Adita. Ambas respondieron al llamado del Padre Roziak, de la Parroquia Pedro Goyena, quien buscaba docentes para la comunidad montecarlense. Allí comenzaron a trabajar en el Instituto Madre Teresa Michel y a impulsar campañas de alfabetización en la biblioteca municipal. Además, contribuyeron en el aprendizaje de lectoescritura en el destacamento local de Gendarmería.

En esos primeros años también enseñó en Caraguatay, mientras su hermana lo hacía en Colonia Laharrague. Más tarde, se integraron al Instituto Privado Carlos Culmey, donde siguieron formando generaciones de estudiantes.

Datos que marcan el corazón:

En 1970 se casó con el joven músico Fabián “Nene” Meza, reconocido folklorista de Montecarlo, a quien conoció una tarde de domingo cuando volvía de la ciudad de Posadas. “Lo vi cantando con su guitarra, era muy gracioso. Después nos volvimos a cruzar en el club de pesca y fue uno de los primeros que me apoyó en todo”, recordó entre risas.

Fabian «Nene» Meza y Zuma en el Museo Huellas del Pasado

La radio como espacio de sueños:

La pasión de Zulma siempre fue la radio. “Yo siempre quise jubilarme trabajando en una radio”, confesó. El sueño comenzó a hacerse realidad gracias a sus alumnos, hijos de la familia Rinschfleid, técnicos de sonido que tenían una idea loca para la época: fundar una emisora FM en Montecarlo. “Una radio en Montecarlo me parecía una utopía. Solo estaban LT17 y LT4 de Posadas”, rememoró. El 26 de noviembre de 1989 se inauguró FM Horizonte, una de las primeras FM del interior misionero. Ese mismo día Zulma presentó su programa Selva Adentro, y para su sorpresa, lo aceptaron de inmediato.

Desde entonces no faltó a ningún sábado al mediodía. “Nunca tomé vacaciones, salvo una vez… y si no estaba, me cubría Demetrio Martínez, que era mi locutor comercial”. El programa fue un espacio clave para revalorizar la música del litoral: “Mi deseo era reivindicar el chamamé, creo que lo logré”.

Zulma no cobra un sueldo por su trabajo en la emisora. Colabora desde el inicio, sostenida por algunas pautas publicitarias y, sobre todo, por el amor a lo que hace. “Yo no me aburro de hacer radio. A tres años de cumplir 80, espero que los sábados no me pase nada, porque Selva Adentro sigue siendo mi lugar”, dice con emoción.

Para Zulma, el apoyo familiar fue fundamental: “Las abuelas querían que mi hijo fuera doctor o abogado, pero cuando Fabián dijo que iba a ser músico, fue una conmoción. Sin embargo, siempre lo apoyamos. Yo no estaría acá sin el respaldo de mi familia”.

Con casi cuatro décadas frente al micrófono, su historia no solo narra la evolución de la radio en Montecarlo, sino también el compromiso silencioso de quienes dedican su vida a educar, crear y compartir. En palabras de Zulma, “tantos años… y todavía me emociono”.