A pesar de los buenos augurios y los elogios del mundillo financiero, la compañía internacional MSCI (Morgan Stanley Capital International) que marca tendencias de inversiones globales, vetó a la Argentina de la posibilidad de subir de categoría. Le hubiese correspondido la escala de «mercado de frontera» o «emergente». Pero no fue.
Mantuvo la categoría «standalone», un escalón que deja a la Argentina en una situación de marginación en el mercado financiero y bursátil, en la que está situada desde el año 2021.
MSCI no subió de categoría a Argentina
Queda compartiendo esa posición con países como Nigeria, Jamaica, Sri Lanka, Zimbabwe, y Bangladesh.
El revés, no obstante, fue desestimado por el Gobierno. En el equipo económico aseguran que la administración está focalizada en la desinflación de la economía y en la estabilidad macro, que «para nada están bajo amenaza».
Desde el Gobierno, incluso, aseguran que si bien una mejora en la calificación de MSCI ayudaría al ingreso de capitales y a la revaluación de los activos financieros argentinos, la imagen de la Argentina en el exterior mejoró sustancialmente con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada y la instauración de las anclas fiscal, monetaria y la cambiaria.
«No había ninguna expectativa en una mejora de la calificación», agregó un vocero oficial.
«Salvo alguna excepción, Argentina recién podría ser incluida en la lista en junio de 2026 para ser reclasificada a frontera o emergente en junio de 2027″, posteó en su cuenta de «X» el titular de Latam Advisors, Sebastián Maril.
Dólar, acciones e inflación: las consecuencias del portazo
El revés de MSCI generó distintas miradas en la City. Analistas financieros como Christian Buteler supone que esta noticia podría derivar en un ajuste negativo de los precios de las acciones argentinas. Sobre todo teniendo en cuenta la suba de este martes en el índice Merval, del 4,3%, a la espera de una recategorización al alza.
«A mí me parece que cuando empiezan a lanzar las versiones que después no se concretan termina siendo contraproducentes, porque se genera una expectativa que después al no darse te puede llegar a traer más problemas que otra cosa», dijo Buteler a iProfesional.
«No había chances de que podrías entrar a Argentina, todavía sigue dentro de CEPO y el tema del control de capitales para el MCI es como básico, es uno de los puntos en los cuales no hay forma que puedas convencer» a una organización internacional, agregó el analista a iProfesional.
En otro sentido, opinó Emiliano Anselmi, economista jefe de PPI (Portfolio Personal Inversiones): «No creo que esta noticia negativa tenga gran impacto en el mercado; para mí ya estaba en los precios el hecho que no mejorábamos en el ranking de MSCI».
Norberto Sosa, economista jefe de la Alyc IEB, puso la mira en el escenario político: «Superadas las elecciones de medio término, el equipo económico estará en condiciones de terminar de flexibilizar el cepo y Argentina estará en condiciones para que MSCI revea la calificación de las acciones argentinas», apuntó.
La estimación en la City es que una mejora en la calificación a «mercado emergente» podría haber ingresado alrededor de u$s1.000 millones en el mercado bursátil.
La verdadera razón del anuncio de Morgan Stanley
La decisión de MSCI fue sustentada en la continuidad del cepo cambiario que, si bien fue levantado para los inversores minoristas, continúa vigente para las empresas.
Así lo dijo la compañía en su comunicado sobre la situación de Argentina: «Los inversores internacionales no pudieron acceder al mercado de capitales local desde que el Gobierno impuso controles cambiarios en septiembre de 2019. Estas restricciones a la movilidad de capitales generaron preocupación entre inversores internacionales sobre la repatriación de fondos. En abril de 2025, el Banco Central anunció el levantamiento de algunas restricciones, permitiendo a los inversores extranjeros repatriar dividendos obtenidos a partir del 1° de enero de 2025. Sin embargo, aún persisten varias limitaciones para inversores institucionales extranjeros».
Está claro que MSCI exige mercados libres y accesibles para inversores extranjeros. Y los controles del «cepo» incumplen ese principio.
En esta percepción de mercado «marginal» existe una mayor percepción de riesgo, lo que lleva a que los inversores exigen una prima de riesgo más alta para hacer sus apuestas financieras.
A su vez, y esto es muy relevante, las empresas tienen menos acceso a capital barato, ya que no pueden atraer inversores globales fácilmente.