jueves, junio 26, 2025

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los riesgos que anticipan los expertos

El dólar minorista se vende este jueves a $1.205 en las pantallas del Banco Nación. En el segmento informal, el dólar blue se ubica sin cambios en $1.210, pero sigue siendo uno de los valores más altos dentro del abanico cambiario. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) avanza 0,1% hasta $1.199, mientras que el dólar MEP gana 0,2% y se negocia en $1.196. Ambos tipos de cambio siguen de cerca al blue y refuerzan la presión sobre el mercado oficial. Por su parte, el tipo de cambio mayorista extiende la suba y se ubica en $1.195.

La batería de medidas del equipo económico confirmó el rumbo hacia una normalización progresiva del sistema monetario y del mercado cambiario, con el objetivo de sostener la estabilidad sin apelar a intervenciones del Banco Central ni al uso de los dólares del FMI. Los analistas señalaron que el desarme de instrumentos como las LEFIs, la redefinición de la política de tasas y la eliminación de restricciones cambiarias se tradujeron en una nueva arquitectura financiera basada en señales de mercado y en la escasez relativa de pesos.

Tanto en el plano cambiario como monetario, los expertos coincidieron en que se dio un paso hacia una menor dependencia del arbitraje oficial. El Tesoro avanzó con licitaciones que permitieron absorber pesos sin expandir pasivos del BCRA, al tiempo que se colocaron bonos en pesos vinculados al tipo de cambio para enfrentar los pagos de julio sin erosionar reservas. Este enfoque implicó, además, una retirada gradual del cepo, especialmente para empresas con necesidad de giro de divisas al exterior.

Los especialistas remarcaron que el nuevo esquema permitió la aparición de una tasa real positiva sostenida, determinada por las fuerzas del mercado. Este comportamiento se dio en un entorno de demanda firme de crédito y expectativas de estabilidad cambiaria, con el tipo de cambio flotando sin intervención oficial. Sin embargo, advirtieron que este equilibrio no podría sostenerse indefinidamente sin un aumento en el ahorro interno o sin una mayor profundidad en el mercado de deuda.

Cambio de reglas: el Gobierno desarma las LEFIs y redefine la tasa de referencia

Desde el Ministerio de Economía impulsaron una transformación profunda del andamiaje monetario. La eliminación de las LEFIs desde el 17 de julio, la unificación de encajes y el fin de la tasa de política monetaria marcaron el inicio de una nueva etapa.

Desde Eco Go destacaron que los fondos comunes de inversión pasarán de enfrentar un encaje del 20% a una estructura unificada con el 45% general, aunque aún resta definición sobre su aplicación concreta.

El stock de LEFIs asciende a $10 billones. Su desarme gradual permitirá canalizar parte de esos fondos hacia deuda del Tesoro o hacia crédito privado, potenciando el mercado local sin expandir pasivos del BCRA. Este rediseño busca consolidar un esquema menos dependiente de la emisión monetaria y con mayor señalización de precios. En paralelo, se refuerza una hoja de ruta basada en tasas reales positivas como ancla antiinflacionaria.

Menos sojadólares, más petróleo: el superávit energético entra en juego

Con la cosecha gruesa en su tramo final, los analistas advierten sobre el impacto de una menor liquidación del agro. El recorte en las retenciones ya no opera como incentivo y se espera que la oferta de divisas disminuya. En este contexto, el Gobierno apuesta a que el superávit comercial sea sostenido por el sector energético, donde el aumento del precio del Brent mejora las perspectivas.

El analista Nahuel Bernues destaca que el mercado ya descuenta un superávit de hasta u$s 8.000 millones este año gracias a Vaca Muerta y las exportaciones de gas y petróleo. Con el crudo cotizando cerca de u$s 80, esta fuente alternativa de dólares gana relevancia para compensar la baja del ingreso del agro.

La estabilidad del «Peso Fuerte» también se sostiene sobre la decisión del Gobierno de no intervenir en el mercado oficial. El dólar flota con mínima volatilidad, algo inusual en la historia reciente argentina. Para Bernues, este comportamiento ordenado le resta presión al tipo de cambio como problema político o social inmediato.

Además, los ingresos energéticos no solo aportan divisas, sino que también diversifican la matriz exportadora. Esto otorga mayor previsibilidad cambiaria, aunque aún quedan dudas sobre su capacidad para sustituir al campo como principal fuente de dólares en el mediano plazo.

Nueva estrategia cambiaria: captar dólares sin usar reservas

Otra de las medidas clave fue la colocación de bonos en pesos ajustados por tipo de cambio, abiertos a inversores locales y del exterior, con un tope mensual de hasta u$s 1.000 millones. El objetivo: reunir dólares sin tocar las reservas del BCRA ni recurrir al FMI. Para Eco Go, esta iniciativa busca generar confianza en la capacidad del Tesoro para cumplir compromisos sin asistencia.

Junto con esta herramienta, el Gobierno eliminó el límite de 180 días para acceder al mercado oficial a quienes suscriban estos títulos. También se retiraron los puts, que habían perdido protagonismo. Estas decisiones apuntan a reducir la incertidumbre sobre los vencimientos y fortalecer la autonomía financiera.

El viernes se colocaron u$s 500 millones de estos instrumentos a una tasa 330 puntos básicos inferior a la primera emisión, lo que refleja una mejora en la percepción de riesgo. A esto se sumó la reapertura del Repo por u$s 2.000 millones al 8,5%, ampliando el acceso a liquidez sin comprometer el nivel de reservas.

Estas colocaciones cumplen un doble rol: por un lado, permiten captar dólares frescos; por otro, fijan una tasa de referencia para instrumentos que podrían ganar volumen. En adelante, podrían constituirse en un canal de financiamiento recurrente para el Gobierno.

Bopreal y cepo: señales de una apertura gradual del mercado cambiario

La licitación de la Serie 4 del Bopreal adjudicó u$s 810 millones, apenas un 27% del monto máximo autorizado. Para Bernues, esto evidencia dos fenómenos: las empresas priorizan liberar pagos al exterior sobre la rentabilidad, y el interés inversor por estos bonos se fue reduciendo.

Pese a ofrecer un interés del 3%, el rendimiento implícito se ubicó cerca del 9,5%, lo que sugiere un tipo de cambio de referencia cercano a los $1.400. Esto indica que muchas firmas están dispuestas a asumir condiciones desfavorables con tal de destrabar operaciones demoradas por el cepo.

La próxima licitación será el 2 de julio. Para los analistas, estos pasos consolidan el camino hacia una liberalización progresiva del mercado cambiario, en la que se reduce el peso de las restricciones sobre el funcionamiento cotidiano de las empresas.

Además, esta apertura genera una señal positiva hacia los mercados internacionales, que observan con atención la evolución de la normativa local. Una menor discrecionalidad en el acceso a divisas puede favorecer futuras mejoras en la calificación crediticia.