Luego que la Asociación Provincial de Fibrosis Quística salió a denunciar al matutino colega Primera Edición a la Obra Social del Personal Rural y Estibadores (OSPRERA) como una de las más incumplidoras en el envío de los medicamentos para los pacientes que sufren esta patología, referentes locales de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) confirmaron la gravedad de la situación.
“La obra social no solo está incumpliendo con la cobertura de los tratamientos de alto costo de los pacientes con fibrosis quística, sino también de cientos de afiliados oncológicos y con otros pacientes que tienen tratamientos de alta complejidad”, confirmó el subdelegado del gremio en Misiones, Carmelo Rojas.
Vale recordar que la obra social OSPRERA ya no está manejada por el sindicato pues fue intervenida por el Gobierno nacional desde agosto de 2024. “Es desesperante y preocupante lo que está ocurriendo con nuestros afiliados que padecen enfermedades de alta complejidad y venimos denunciando ante la Justicia, hasta ahora sin respuestas, porque no les llega la medicación en tiempo y forma”, remarcó.
Sin bocas de atención presencial
Rojas se refirió además a las medidas tomadas por el interventor, Marcelo Petroni, que complicaron el acceso a los tratamientos y a la medicación adecuada, en tiempo y forma, de los afiliados. “El cierre de las 725 bocas de expendio de atención directa en todo el país, ocurrida en abril pasado, y el reemplazo del sistema por una aplicación dificultó el acceso a la salud de los afiliados porque muchos no tienen conectividad, no tienen celulares o tienen los modelos más viejos que no te permiten bajar aplicaciones e incluso, muchos no saben leer. No olvidemos que nuestros trabajadores están en los campos y colonias, en el interior profundo, donde no tienen acceso a casi nada”, describió.
No obstante al cierre de las bocas de expendio, Rojas indicó que “en Misiones, los colaboradores gremiales designados por UATRE siguen atendiendo en forma presencial y directa a los afiliados para no dejarlos aislados. Pero los problemas que plantean los pacientes son diarios y solo podemos escuchar porque no tenemos capacidad de resolución”.
Nueve meses de intervención
Rojas adjudicó la responsabilidad de lo que está ocurriendo a la actual gestión de la obra social, en manos del interventor designado por el Gobierno nacional, Marcelo Petroni.
“La obra social estuvo intervenida casi dos años por disposición judicial, como consecuencia de una denuncia realizada por el propio sindicado UATRE, denuncia a la que acompañó nuestro actual secretario general que hoy es blanco de acusaciones infundadas”, recordó. Luego de esa primera intervención, la obra social volvió a quedar en manos del gremio en julio del año pasado y, un mes después, el Poder Ejecutivo anunció nuevamente su intervención.
En ese momento, el Gobierno nacional argumentó que la entidad del personal rural y estibadores había recibido en los últimos cuatro años transferencias millonarias del Estado, pero igual registra deudas que ascendían a 43.000 millones de pesos; además que el 90% de los prestadores que dice tener no tenían convenio con esta obra social.
Pero a menos de un año de esta intervención, Rojas advirtió que “lo que está pasando estos últimos meses es gravísimo” y añadió que “mientras que los afiliados no reciben sus medicamentos y no acceden a los tratamientos, la obra social sigue nombrando gente con sueldos altísimos, por lo que en vez de recuperar la obra social la va a hundir todavía más”.
En Misiones, OSPRERA tiene más de 25.000 afiliados, entre ellos los trabajadores rurales dedicados a la producción del té, yerba, citrus, forestales y demás actividades forestales.
El caso de Shaira Pérez
Shaira Pérez tiene siete años, vive con su familia en Apóstoles y sufre de fibrosis quística. La pequeña debe recibir todos los meses como parte de su tratamiento leche perfus y Creon, una enzima pancreática que debe tomar antes de cada ingesta (desayuno, almuerzo, merienda, cena y colaciones).
Hace meses que la obra social OSPRERA no le cumple en tiempo y forma con la entrega del tratamiento que es muy costoso, razón por la que es imposible para su familia adquirirlo con sus propios ingresos.
La obra social le adeuda a Shaira las enzimas pancreáticas correspondientes a abril y a las de este mes que está por finalizar. Para evitar que la niña quede sin tratamiento y su salud se deteriore -lo que ocurrió en diversas ocasiones por este mismo motivo y provocó su internación en el Hospital de Pediatría- su mamá pidió auxilio a la Asociación Provincial de Fibrosis Quística quien tiene un pequeño botiquín para actuar de sostén en estos casos, cuando las obras sociales se demoran unos días, pero no tienen espalda para hacerse cargo del tratamiento.
Fuente: Primera Edición